viernes, 6 de diciembre de 2013

Adelante

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Hace ya algún tiempo que arrugué aquel viejo papel que años atrás había sido más que una promesa para nosotros; una miserable hoja colmada de sentimientos y emociones que por unos segundos fueron parte de mí, parte de todos. Nunca pensé que sería capaz de arrojar al fuego tantas esperanzas, el compromiso de no separarnos jamás, pasara lo que pasara, pero la verdad es que no resultó tan difícil.
¿Por qué todo nos está saliendo al revés? me preguntaba hace unos años, ¿por qué la vida nos hizo elegir?, me pregunto yo ahora; la vida no nos hizo escoger, simplemente nos puso en bandeja miles de ilusiones y nosotros optamos por tomar la batea entera.
Pero pasan los años y entonces empiezo a pensar... ¿dónde se quedaron todas esas fantasías?...y comienzo a recordar a aquel viejo amigo que cambió mi vida, a aquella amiga que los domingos por la tarde me hacía compañía sentándose junto a mí... a aquellos que todos los sábados hacían que me sintiera importante, importante para ellos, como ellos lo eran para mí. Y lo más gracioso de todo es que la vida pasa, no espera a nada ni a nadie, a mi me dio la oportunidad de tomar un camino y yo no rechazo el compromiso con la vida, pero tampoco olvido aquellos tiempos en los que mi única aspiración era salir de fiesta, y reírme y bailar...no les olvido a ellos, porque quizá recordándoles sea capaz de distinguirles entre las miles de personas que se pasean todos los días por la calle. Ese arrugado papel se calcinó entre las llamas, pero que importancia tiene una hoja, ninguna.
Espero que la vida me brinde una segunda oportunidad porque ella sabe de sobra que nada sería igual sin ellos, porque cada palabra, cada momento tiene sentido, pero solo si permanecemos juntos, así, espero que muy pronto, aquel camino que una vez ya nos separó, nos reúna de nuevo, y haga de aquellas viejas promesas una realidad. Así la vida comenzaría a tener sentido...y aquellas llamas que una vez volvieron ceniza millones de esperanzas, se apagarían y dejarían a salvo aquellos recuerdos que de alguna manera u otra siempre nos mantuvieron unidos.
Una fantasía, como la vida misma porque, ¿no dicen que ésta no es mas que un sueño?...cuando esta tarde quede con ellos, quizá me olvide de toda esta historia, o quizá no...es mejor no pensar en ella, no buscarle un final, porque llegará solo, tarde o temprano...el destino baraja y nosotros jugamos...me dijeron una vez...pues vale, juguemos bien y no dejemos que el tiempo y la distancia nos gane la partida, y si por algún casual se hicieran vencedores, guardad siempre aquel viejo papel que años atrás fue una promesa para nosotros, la promesa de seguir adelante y vivir, la promesa de recordarnos unos a otros como amigos que fuimos y que seremos siempre, pase lo que pase...
Tengo 18 años y empiezo la universidad este año. No me está resultando nada fácil separarme de mis amigos y por eso he escrito esto, ya que me parece una bonita manera de expresarles lo que siento, de animarles a seguir adelante con sus sueños, pero siempre recordando los buenos momentos que hemos vivido y manteniendo esa amistad que de un modo u otro ha hecho que nuestra adolescencia valiera la pena.










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