Adelante
Hace ya algún tiempo que arrugué aquel viejo
papel que años atrás había sido más que una
promesa para nosotros; una miserable hoja colmada de sentimientos y emociones
que por unos segundos fueron parte de mí, parte de todos. Nunca
pensé que sería capaz de arrojar al fuego tantas esperanzas,
el compromiso de no separarnos jamás, pasara lo que pasara, pero
la verdad es que no resultó tan difícil.
¿Por qué todo nos está saliendo al revés?
me preguntaba hace unos años, ¿por qué la vida nos
hizo elegir?, me pregunto yo ahora; la vida no nos hizo escoger, simplemente
nos puso en bandeja miles de ilusiones y nosotros optamos por tomar la
batea entera.
Pero pasan los años y entonces empiezo a pensar... ¿dónde
se quedaron todas esas fantasías?...y comienzo a recordar a aquel
viejo amigo que cambió mi vida, a aquella amiga que los domingos
por la tarde me hacía compañía sentándose
junto a mí... a aquellos que todos los sábados hacían
que me sintiera importante, importante para ellos, como ellos lo eran
para mí. Y lo más gracioso de todo es que la vida pasa,
no espera a nada ni a nadie, a mi me dio la oportunidad de tomar un camino
y yo no rechazo el compromiso con la vida, pero tampoco olvido aquellos
tiempos en los que mi única aspiración era salir de fiesta,
y reírme y bailar...no les olvido a ellos, porque quizá
recordándoles sea capaz de distinguirles entre las miles de personas
que se pasean todos los días por la calle. Ese arrugado papel se
calcinó entre las llamas, pero que importancia tiene una hoja,
ninguna.
Espero que la vida me brinde una segunda oportunidad porque ella sabe
de sobra que nada sería igual sin ellos, porque cada palabra, cada
momento tiene sentido, pero solo si permanecemos juntos, así, espero
que muy pronto, aquel camino que una vez ya nos separó, nos reúna
de nuevo, y haga de aquellas viejas promesas una realidad. Así
la vida comenzaría a tener sentido...y aquellas llamas que una
vez volvieron ceniza millones de esperanzas, se apagarían y dejarían
a salvo aquellos recuerdos que de alguna manera u otra siempre nos mantuvieron
unidos.
Una fantasía, como la vida misma porque, ¿no dicen que
ésta no es mas que un sueño?...cuando esta tarde quede con
ellos, quizá me olvide de toda esta historia, o quizá no...es
mejor no pensar en ella, no buscarle un final, porque llegará solo,
tarde o temprano...el destino baraja y nosotros jugamos...me dijeron una
vez...pues vale, juguemos bien y no dejemos que el tiempo y la distancia
nos gane la partida, y si por algún casual se hicieran vencedores,
guardad siempre aquel viejo papel que años atrás fue una
promesa para nosotros, la promesa de seguir adelante y vivir, la promesa
de recordarnos unos a otros como amigos que fuimos y que seremos siempre,
pase lo que pase...
Tengo 18 años y empiezo la universidad este año. No me
está resultando nada fácil separarme de mis amigos y por
eso he escrito esto, ya que me parece una bonita manera de expresarles
lo que siento, de animarles a seguir adelante con sus sueños, pero
siempre recordando los buenos momentos que hemos vivido y manteniendo
esa amistad que de un modo u otro ha hecho que nuestra adolescencia valiera
la pena.
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